Romantico...

La delicadeza y sencillez
en la que descansa tu rostro
de amaneceres palpitantes;
junto al jardín de fragancias
que guarda el aroma de tu piel;
invitan a que del cielo caigan
dos destellos de ternura y posen
en tu ojos, dueños de la calma.
Ni el crepúsculo que lentamente
muere y de su alma brota
una tierna expansión poderosa,
donde escondido esta el
sentimiento de su pureza;
no se compara con el
milagro de tu risa.

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